21 de octubre de 2008

CUENTOS-Buenas ideas. Juan Carlos Moisés

Un día me subí a un caballo para conseguir buena ideas. Hacía tiempo que andaba necesitando buenas ideas, y ni de pie ni sentado ni acostado las podía conseguir. No llegaba ni siquiera a formarme la primera imagen de la idea. Arriba del caballo fue diferente, Tuve muchas buenas ideas. Y a medida que apuraba el trole más ideas venían a mi cabeza. Cuando el caballo iba en el límite del
galope sentí que nunca había tenido tan buenas ideas, y también • sentí que eran muchas, demasiadas, y que era imposible retenerlas a todas. Cuando detuve el caballo sudado bajo mis pantalones, pensé ir a anotar las ideas lo más rápido posible para no olvidar ninguna. Ni bien puse los pies en el suelo sentí que todas las buenas ideas comenzaban a desaparecer, hasta no quedar ninguna. Nuevamente arriba del caballo me volvieron las ideas. Al galopar me vinieron más ideas, y muy buenas. Pero cuando detuve el caballo y me bajé de un salto para anotarlas volvieron a irse de mi cabeza. Ni siquiera pude conseguir una buena idea para poder recordar las buenas ideas que se me ocurrían arriba del caballo.