La microficción: Un universo completo en unos pocos
renglones
Pregunta.-El cuento
breve es una síntesis ajustadísima de cómo puede plasmarse un universo completo
–el del relato- en unos pocos renglones. ¿Cómo se logra esa escritura?
Ana María Shua.- Es simple. Se
parte de la idea de que será un universo pequeño. Eso determina la proporción
de caos que uno toma para construirlo. A veces, pero no siempre, se trabaja con
los conocimientos del lector. En un cuento de tres palabras como: “Maremoto
busca profeta” entiendo que el lector debe tener un conocimiento previo de las
relaciones complejas y profundas entre los profetas y las catástrofes
naturales. A veces, pero no siempre, se trabaja con la materialidad misma del
texto, como en esta ínfima historia: “Huyamos, los cazadores de letras estan
aq...”. Los procedimientos son variados.
Pregunta-Parecería que en este género como en ningún otro se da aquello de Hay
otros mundos... pero están en éste. Esto aparece mucho en tus cuentos,
¿cómo hacés para captar esos elementos fantásticos y fusionarlos con el
realismo hasta hacer desaparecer las barreras?
Ana María Shua.-Hay
cuentos brevísimos rigurosamente realistas. Por ejemplo, muchos de Eduardo
Galeano. Pero es cierto que el género tiene una inclinación inocultable hacia
lo fantástico. Son ellos, mis cuentos, los que optan por ese camino mientras yo
trato inútilmente de llevarlos en rebaño, azotándolos a veces, hacia la más
cruda imitación de la realidad. Por otra parte el tejido de lo fantástico y lo
cotidiano en una sola trama es típico de la literatura argentina en todos los
géneros: Borges, Cortázar, Bioy Casares, Denevi...Tal vez sólo Puig fue capaz
de romper esa estructura.
Pregunta-¿Cuáles son las limitaciones y las ventajas del género?
Ana María Shua.-La
única limitación es que no permite el desarrollo de personajes. Por lo demás,
un cosmos de quince líneas puede contenerlo todo. Eso sí, es preferible que los
muebles sean pequeños. Por otra parte el cuento brevísimo exige una escritura
impecable. En ese tamaño, la más mínima falla adopta proporciones gigantescas.
Pero esa no es una limitación, sino una ventaja para el lector. Para el
escritor se reserva un gran goce: la posibilidad de llegar desde el mineral en
bruto hasta una talla perfecta de una sola vez. En la producción del género hay
instantes de éxtasis y de revelación, como en la poesía. En lo personal,
escribir cuentos brevísimos me sirve de consuelo cuando estoy lidiando con los
enormes y eternos borradores de una novela.
Pregunta-Los lectores de cuentos breves a
veces tenemos la sensación de que estas escrituras barren con todas las páginas
que se han escrito sobre la teoría del cuento. ¿Es así?
Ana María Shua.-No
sé mucho sobre teoría del cuento, pero sé que hay varias teorías
contradictorias y que nuevos cuentos fundan nuevas teorías. Lo que espero del
cuento brevísimo es que resulte tan inasible y resbaladizo como cualquier pez o
cualquier buen texto literario.
Pregunta-En la Argentina tenemos una
tradición importante de escritores de cuentos breves, Jorge Luis Borges,
Cortázar, Adolfo Bioy Casares, Marco Denevi, Isidoro Blaisten, entre otros.
¿Cómo ves el presente del género en
nuestro país?
Ana María Shua.- La
crisis del cuento en el mercado editorial hace que sea todavía más difícil
publicar cuento brevísimo. Eso no nos permite ver con claridad lo que está
pasando hoy. Raúl Brasca, Juan Sabia, Luisa Valenzuela, entre otros, persisten
en el género. Pero además, estos universos pequeños florecen fácilmente en los
intersticios. No siempre son obvios, buscarlos es parte del goce que deparan.
[1] Ana María Shua escritora Argentina ha
publicado cuatro novelas: Soy paciente (Premio Losada), Los amores de
Laurita (llevada al cine), El libro de los recuerdos (Beca
Guggenheim) y La muerte como efecto secundario (Premio Sigfrido
Radaelli otorgado por el Club de los XIII). Entre sus libros de cuentos hay dos
que abordan el género de la microficción: La sueñera, Casa de geishas
y Botánica del caos, su libro más reciente del cual extraemos los
cuentos que se transcriben en el final de la entrevista.
[2] Ángela
Pradelli es profesora de Letras, escritora y periodista. Vive en Buenos
Aires, Argentina. Ha ganado el primer
premio 2002 de la editorial Emece por su novela "Amigas Mías".